"Cierro los ojos y me centro en la respiración, que empieza a hacerse pausada. La voz de Cristina es clara y tiene un tono tranquilizador a la vez que seguro y curtido en muchas sesiones de trabajo. Te transporta con facilidad y te toma de la mano para llevarte a un trabajo de interiorización, de acceso a capas más profundas de nuestro Ser. El movimiento corporal hace que agrademos poco a poco nuestros límites y ganemos en flexibilidad y elasticidad, tanto el cuerpo como la mente. Aprendemos de las situaciones de tensión como de las posturas inestables. Es como el deporte del triatlón, que te ayuda a sacrificar la comodidad en aras de la resistencia. Siempre que paso en Namaskar esa hora y media que se va volando, salgo mejor de lo que entré, es muy agradable y reparador. Me encanta y no me importaría hacerlo a diario, aunque no siempre tenemos tiempo. Saludos al Sol y a su experta sacerdotisa"

" El día puede arrastrarnos y debemos parar, tomar conciencia, reflexionar y soltar. La felicidad y la calma están dentro de nosotras/os, aunque a veces cueste creerlo. Sólo necesitamos encontrar el camino hasta ella. Y eso es justo lo que Cristina consigue hacer por sus alumnos/as. Ayudarles a descubrir ese rincón oculto dentro de cada uno/a, donde reside la paz, el Ser, la Conciencia, el respeto hacia uno/a mismo/a y hacia lo que nos rodea. Lo hace en cada una de sus prácticas de yoga, en una sala llena de luz, de armonía, de calma. Porque el yoga es mucho más que un conjunto de asanas, es una forma de estar en el mundo. Y de vivirlo. Namaskar es el lugar donde lo vas a descubrir."

"Empecé a hacer yoga por mi cuenta, en casa, hace algo más de un año. Desde el 1° día ví que esto era lo mío: cada día me dolía menos la espalda, me sentía muy bien conmigo misma, no sentía ansiedad y mi cuerpo empezó a notar los beneficios. Después de un mes más o menos, comencé a avanzar en algunas posturas, sin un asesoramiento correcto y sin nadie que me guiara. Como era de esperar, me lesioné. Fue muy duro, no solamente no podía practicar, sino que tuve que hacer rehabilitación y estuve unos meses sin poder hacer nada de ejercicio. Cuando al fin me curé, busque un centro de yoga en el que la práctica fuera dinámica y pudiera tener flexibilidad horaria. Cada día me alegro más de haber descubierto Namaskar. Comencé acudiendo un día a la semana. Dos semanas después, Cristina ya me había corregido las posturas que hacía mal, me enseñó a alinearme correctamente, me animó a avanzar las posturas con control y siempre con consciencia. Cristina no solamente enseña posturas de yoga, ella es una apasionada de todo lo que rodea al "mundo yogui" y nos lo transmite de la misma manera que ella lo siente. Pronto me di cuenta de que un día a la semana era poco, y comencé a ir dos días. Era más feliz. Soy más feliz. Mi cuerpo, irremediablemente ha cambiado, pero ni recuerdo la última vez que pensé en ello. En todos los ámbitos de mi vida soy mejor y me considero realmente afortunada. No sé cómo agradecer a Cristina y a Namaskar todo lo que han hecho por mí. Porque sinceramente y de todo corazón, mi vida no sería la misma sin ella."